Dicen que cuando una persona miente mucho, al final de tanto mentir se acaba creyendo sus propias mentiras... Pues me he propuesto hacer una cosa que parece sencilla y que en realidad cuesta pero tengo la esperanza de que aplicando esa regla de tres, lo consiga y se cumpla.
Voy a levantarme todos los días con una enorme sonrisa en la cara, con un sentimiento de felicidad que levante envidias, pensando que ya te he olvidado y que ya no te quiero. Posiblemente sea una tontería y lo único que consiga sea engañarme a mi misma.. Pero ¿sabes qué? Puede que quizás tras tragarme tantísimas mentiras, me lo acabe creyendo.
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