Nunca llegué a entender las razones que me daba el corazón pero sin duda le quería. Tampoco entendí esas miradas que te dejan sin palabras,esos momentos que nunca conseguiré olvidar. No entendí porque los “siempre” eran mentiras,porque las palabras que salían de tu boca era como la brisa del mar, suave, tierna y pasajera. Ya, es verdad nunca entendí nada, en esta vida a lo único que me limité fue a sonreír, de eso sabia mucho.
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